martes, 7 de diciembre de 2010

Sí es comunismo Sr. Presidente: Y déjeme decirle por qué! (1)

opinión

Sí es comunismo Sr. Presidente: Y déjeme decirle por qué! (1)

1. Comunismo puro y simple: la servidumbre ante el Estado

Días atrás el Presidente acotaba que su revolución no era comunista, y se quejaba de sus detractores, muchos de ellos recién aprendiendo que el modelo de sociedad que nos propone el Presidente es un comunismo puro y simple; un entorno socioeconómico donde la propiedad privada esta relegada a la apropiación de cosas cuyo uso, usufructo y disposición no conlleva un proceso de creación de riqueza, es decir, propiedad sobre activos “rentables” como viviendas, empresas, es decir.

opinan los foristas

La enajenación sobre esos activos viene impuesta o bien por Ley y hasta normas constitucionales; por ejemplo, todos aquellos activos susceptibles de ser explotados desde el subsuelo, aguas, bosques, o son expropiados por decretos (ilegales e inconstitucionales) presidenciales por antojo político, arbitrariedad y por la fuerza de las armas. Si el poder público limita esta característica básica de la propiedad, de ser un medio para crear riqueza, se garantiza por vía violenta el modelo de servidumbre del individuo ante el Estado, y lo hace dependiente en lo económico y social de las suertes redistributivas de una política fiscal donde en nombre del Estado, los bienes rentables en la sociedad son administrados por el fisco (gobierno).

Acotamos que el sistema de servidumbre ante el Estado es característico del comunismo –o socialismo- porque el destino del individuo está sujeto a un régimen de libertades restringidas. En Venezuela la dinámica de perdida de libertades viene ejecutándose “legalmente” en la fábrica de leyes donde la actividad económica del individuo ha adquirido en la mayoría de esos instrumentos legales en una actividad sujeto a un código penal ad hoc, y también viene como parte de la represión política que comienza cándidamente en las cadenas presidenciales, el Estado se ha convertido en un instrumento de presión bajo un código revolucionario incierto para la población.

En esas condiciones, la dominación política del individuo está garantizada. Esto configura, un entorno de libertades restringidas y limitadas, donde los mecanismos represivos se institucionalizan en forma de leyes, pero sin que entre los poderes públicos exista contrapesos institucionales, en esencia es el modelo soviético, o cubano, o el que prevaleció en Europa por décadas. La gente finalmente ha comenzado a comprender el objetivo de la revolución bolivariana, ello ha catalizado la oposición política y social al régimen y el gobierno ha comenzado a sentir el rechazo natural ante la perspectiva de vivir sin libertades. Convoco al amigo lector a revisar EL Camino a la Servidumbre de F Hayek, quien hace más de 60 años diagnostico el modo y también el final de esos regímenes socioeconómicos.

2. El Presidente se queja del rechazo al comunismo: Castro es más sincero

El Presidente, al acusar la reacción popular de rechazo al comunismo, se refería especialmente a quienes sostenemos una consistente crítica al comunismo, como ignorantes o mal intencionados. En realidad, ninguna de las dos cosas, pero es el estilo autoritario a través del insulto y la descalificación y la creencia en absoluta razón. La gente desde luego siente escozor solo por sentir la posibilidad que el régimen comunista cubano se replique en Venezuela, como en efecto ha venido ocurriendo, a tal extremo que asesores cubanos controlan aspectos cruciales de la vida de los venezolanos.

Un viejo líder, atormentado por cinco décadas de fracaso socioeconómico y humano del comunismo que el impuso en su país, y que convirtió a Cuba en la nación más pobre de la región, Fidel Castro, más sincero, lo decía sin tapujos, el socialismo es el comunismo, en el fondo no podemos ser tan ingenuos para suponer que el Presidente no piensa igual, de todas maneras una revolución tiene consecuencias intencionadas y no intencionadas.

Esa respuesta que enluto de oportunismo al comunismo criollo, vino enlazada con la confesión de su fracaso, haciendo que la edad y el cinismo le diera vuelta a sus palabras para negar su afirmación previa que el comunismo había fracasado, nadie le creyó, su confesión había quedado grabada, y la gente fue benévola porque sabe que el hombre a cierta edad pierde condiciones mentales. Ya se encargará la historia de colocarlo en el coliseo de las tragedias humanas como la Rusia de Stalin, el nacionalsocialismo de los primos ideológicos del comunismo, el nazismo (Hitler) y el fascismo (Mussolini), la Corea de Kim il Sung y la Cambodia de Lol Pot.

3. La revolución bolivariana nos traza la ruina del comunismo

Regresando a nuestro patio, avancemos con los hechos del fracaso socioeconómico dejado tras diez años de revolución socialista, a pesar del enorme ingreso fiscal estimado en unos 750 mil millones de dólares en ocho años pareciera trascurrir la misma senda de descapitalización de la economía como ocurriría en Cuba desde 1961, y también similar a como ocurre continua y sistemáticamente en alguno países africanos de procesos políticos conducidos por líderes que abrazaron el marxismo y el comunismo como ideal nacional, el más sobresaliente, Zimbawe, país que antes de llegar Mugabe al poder, era el granero de África, hoy muestra seis millones de individuos viviendo de la caridad universal.

Aunque en cierto modo en Venezuela, el avance del comunismo aparece subrepticiamente refrendado por rasgos de formalidad democrática, los cuales desde luego provocarán una cadena de iniciativas jurídicas cuando cambien las coordenadas políticas en 2012, en virtud que la mayoría en el cuerpo legislativo impuso una dictadura absolutista ( Calculo del Consenso Buchanan & Tullock) que sobrepaso los limites frágiles de algunas reglas constitucionales en vigencia.

La participación del Poder Público como parte de este concierto totalitario institucionalizado también será igualmente contestado en ocasión de los cambios políticos por venir, del mismo modo, muchas responsabilidades policías y administrativas se pondrán en manos de los poderes públicos electos democráticamente. Venezuela por azar de la historia podría resolver todos esos exabruptos históricos por vía absolutamente pacifica, y revertir hacia la democracia económica y política, sostenida en reglas de equilibrio institucional y en la acción plena de derechos de propiedad. Quiera Dios que así sea.

Precisar metodológicamente la discusión que los comunistas evaden, no es difícil, porque el juego ideológico del socialista o del comunista –para los efectos lo mismo- esta borlado de una pastosa retorica sin sustancia, pero compensada con abundante propaganda anunciando sus éxitos económicos y sociales, y que para “imponer’ el socialismo/comunismo la revolución está dotada de mecanismos administrativos y políticos para descapitalizar al sector privado, a la gente.

4. La destrucción del capitalismo criollo

Así, la destrucción del capitalismo criollo, se ha aplicado una agenda de política pública oficial financiada con el ingreso fiscal petrolero, porque el primer paso de esa política era pervertir el mecanismos de formación de precio, para lo cual el control de cambio se convirtió en el primer instrumentos de interferencia económica del Estado estableciendo unos precios relativos envilecidos por un bolívar cuya inflación superaba enormemente la inflación en el mercado internacional, con la cual era más barato comprar en los mercados internacionales que producir en el país.

El diferencial cambiario en forma de control de cambio para normar y estimular el mercado cambiario fue financiado con reservas internacionales para imponer un ritmo de importaciones dirigido a socavar la capacidad instalada nacional: alimentos, químicos y metalmecánicos son los sectores que sufren esta tijera institucional de descapitalización; cae la inversión privada nacional y la demanda es satisfecha vía balanza de pagos, importaciones las cuales marcan niveles records mostrando la caída de la producción doméstica.

Recordemos que el Presidente en enero del 2003 se refirió al establecimiento del mercado cambiario como un “control político”, el sabia el objetivo político y económico, sin embargo a los venezolanos y sus elites no les fue fácil comprender el fenómeno en sus inicios, la borrachera producida por las importaciones actuó como un elixir que apago el entendimiento del colectivo. Acotemos que el proceso de descapitalización, léase como destruir a la oligarquía o capitalismo criollo, en paralelo estaba siendo institucionalizado por la AN convertida en un “law factory” donde los derechos de propiedad recibían el impacto del desmantelamiento del marco jurídico llamado a protegerlos, y su debilitamiento, por uso y disposición, conducía a estrangular la inversión a través de normas, decretos y leyes.

(Continuará…)

Economista, PhD (London)
www.alexanderguerreroe.com
@alexguerreroe

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