martes, 31 de marzo de 2015

¿¡Qué pasa Chuo!?



Estimado Chuo, no te conozco personalmente pero como sucede con los hombres públicos como tú y que además, como tú, han sabido despertar profundas simpatías en muchísima gente, y me incluyo, te veo como si te conociera mejor que a muchas personas más cercanas. Eso me permite, como a la mayoría, llamarte "Chuo" en lugar de Jesús o "Sr. Torrealba"; también me facilita la acción de intentar comunicarme contigo de forma pública, porque de lo que quiero hablarte es de intereses colectivos del venezolano acogotado de estos días.

Creo que intentar esbozar un reconocimiento a tu inmensa labor como luchador social, para quedarme sólo con una de tus muchas facetas, sería un acto temerario porque aunque me documente lo más ampliamente posible lo más probable es que se queden muchos méritos en el tintero. Así que prefiero simplificarlo con una nota que exprese mi más profundo respeto y admiración a tu entrega y coraje porque el camino que has elegido no está pavimentado precisamente de rosas.

En septiembre de 2014, cuando asumes la secretaría de la Mesa de la Unidad Democrática, como muchísima gente, sentí un renacer de mi esperanza porque el desempeño de esa entidad cambiara para mejor, después de casi un año de estar en una especie de limbo y, como síntoma de ese cambio, poder volver a ver, oír, sentir, palpar, saborear un proceso de empatía con la gente y de esta con la MUD; no es que por "Jesús" te considere milagroso, ni que en ese momento ni ahora te endose la absoluta responsabilidad por el desempeño, bueno o malo de la mesa unitaria, sino que dada tu amplia y reconocida trayectoria como luchador social, cercano al sentir de los más necesitados, de los estratos populares que son la mayoría en nuestro país, podrías hacerle ver a los partidos allí reunidos la necesidad de una estrategia de oposición más consistente y consustanciada con el sentir de la gente, con el día a día del venezolano, con el abanico de errores de la clase gobernante, con una estrategia de, y en movimiento, que enrostre en su trágica magnitud la inercia del régimen ante los gravísimos problemas de todos los que vivimos y sentimos esta tierra; que haga digerir a cada venezolano, opositor o no, que hay un asunto de vital importancia que resolver y que ese asunto es el cambio del modelo de conducción del país, en lo político, económico y social, so pena de continuar, ineluctablemente, el camino hacia la ruina total de la nación y que, no por último menos importante, la Mesa de la Unidad Democrática es la representación viva de ese cambio, una entidad de lucha total en y por la primacía del Texto Constitucional como proyecto de país, confiable, motivadora y movilizadora de la sociedad en la exigencia de sus derechos diariamente vulnerados por quienes deben ser los garantes de estos. Reconozco como venezolano que ha vivido estos largos años de involución con los sentidos alerta que hay logros importantes que mostrar en el desempeño de la MUD desde su creación hasta las últimas elecciones presidenciales, llevando a la oposición desde la nada hasta ¿casi? ganar las elecciones de 2013; pero luego de esto parece haber caído en una especie de shock del cual aún no se repone y al que muchos lo califican como un mimetismo con el régimen y otros adjetivos que no voy a recrear aquí pero sé que conoces muy bien. 

Yo no aspiro a que la MUD sea la punta de lanza de una insurrección armada ni de ninguna otra acción que no esté en el marco democrático, de la Constitución, pero no puedo conformarme con que quienes pretenden representarme ante la jauría me traten de convencer de que no son lobos sino Poodles; que mucha calle no es buena porque alguien se puede poner bravo; que no importa que el CNE siga siendo el mismo que, según voceros opositores, hace lo que le da la gana; que no importa que cambien los circuitos electorales porque igual les ganamos por paliza; hasta llegar al exabrupto de manifestar rechazo a la resolución ejecutiva del gobierno de Estados Unidos en la cual declara a Venezuela como amenaza a la seguridad de este y decide sancionar a individualidades presuntamente incursas en violaciones a los DDHH de venezolanos, confiscando bienes y congelando cuentas bancarias ubicadas en esa nación, contentivas de dineros cuyo origen es dudoso, presuntamente producto de corrupción administrativa y hasta narcotráfico...¿por una cuestión de... "semántica", o de "entidades"? ¿no es Venezuela, es el "gobierno de Venezuela"..? El régimen que desgobierna a Venezuela es, para efectos de las relaciones internacionales, Venezuela; ¿a qué viene caerse a artilugios lingüisticos para no asumir la posición que todo venezolano decente, doliente de esta mancillada nación espera que asuman sus líderes? 

Me voy a permitir citar al periodista Luis García Mora en su excelente reflexión hecha en la columna Al límite // "Inmolarse inmolándonos", quién, en mi sentir y entender, interpreta de forma cabal, con respecto al caso de las sanciones, lo que mucha gente se pregunta acerca de la actuación general de la MUD como centro motriz de la oposición político-partidista:

"Porque, aclaremos algo: hay momentos en los cuales la construcción de una proposición política en los que no puedes dejar que te impongan una narrativa. Y menos en una situación tan caliente como la que enfrentamos en Venezuela."
"¿Por qué la oposición no termina de montarse sobre el potro salvaje y galoparlo con coraje, como se galopan las crisis? ¿Por qué no ponerse por encima del discurso gubernamental y pedirle a Estados Unidos que expliquen por qué han tomado estas decisiones y con base en qué se congelan las cuentas a esos siete señores?
¿Por qué no se informa y preguntan cómo es que estos señores tienen dinero en Estados Unidos (o donde sea) y les piden que enseñen al mundo esas cuentas? ¿ Y por qué no preguntarle a Washington cómo es que nos iguala con esos otros países a los cuales les han aplicado ese mismo procedimiento “legal normal”, como Siria o Birmania?
Hacer eso le impediría al Gobierno evadir y los obligaría a poner el acento en la corrupción y en esas fortunas no reportadas ni confesadas, hechas a la sombra del poder.
¿Y por qué no lo hacen entonces? ¿Complejos? ¿Miedo?"

Dinos Chuo, ¿qué opinas tú de estas inquietudes que cada día crecen más que las intenciones de votar de mucha gente? ¿por qué los arrepentidos del chavismo-madurismo no recalan en las estadísticas de la oposición sino que van a dar al rincón de los huérfanos? ¿por qué muchos opositores marcados a hierro se sienten parias sin representación? Y más allá me permito preguntarte: ¿qué va a pasar si las primarias, parciales, se constituyen en las Trompetas de Jericó de esa panacea llamada elecciones legislativas? ¿veremos un verdadero "golpe de timón" o seguiremos al garete y según como vaya viniendo vamos viendo?

Ya para terminar quiero citar al Profesor Antonio Sánchez García en su artículo "Primarias, secundarias o terciarias" en el cual retrata, de forma impecable, dos modelos, tendencias o formas de ver el momento político que vivimos, teniendo por un lado una especie de oposición basada en un desmesurado electoralismo, a pesar de la estofa probada y comprobada del régimen y en la misma acera pero separada por varias cuadras, una visión que integra factores ineludibles en el análisis de lo que vivimos y en las formas de oponerse, en consecuencia, sin que las elecciones estén excluidas y que en lo particular suscribo:

"Es una falacia de marca mayor pretender que quienes planteamos el desalojo como única forma de ponerle fin a esta pesadilla, pues consideramos con suficiente fundamento sociológico e histórico que una dictadura de este jaez no cede voluntariamente y de buen grado el poder que controla de manera dictatorial sino solo y únicamente empujada por la marea del rechazo popular –activo y actuante como un fulgor de masas–, rechazamos los procesos electorales y predicamos la abstención. Lo que no es ninguna falacia es reconocer que no hipostasiamos las elecciones y las tomamos en consideración como el único, exclusivo y excluyente medio e instrumento de acción política. Una cosa es rechazar el electoralismo, y otra muy distinta rechazar las elecciones."
Creo que a la sazón de esta vorágine, estimado Chuo, hay demasiadas preguntas sin respuesta, demasiado optimismo en un futuro que no se avizora, demasiadas posibilidades de que un régimen sin escrúpulos, aún con un 80% de rechazo, siga burlándose de un país entero mientras esperamos que "implosione", "se agote", "que bajen los cerros" o "que San Juan agache el dedo"; y me temo, Chuo, que terminemos acostumbrándonos a ese "status quo". 

Con mis mejores deseos y peticiones al Creador porque guíe tus pensamientos y decisiones,

José Bianco
Un ciudadano de a pie.

@nomecallolaboca



domingo, 29 de marzo de 2015

¡Conquístame!


Hace dos días, como respuesta a un tweet alrededor de los comentarios del trágico y complejo accidente aéreo de Germanwings y el inevitable, recurrente tema de esa otra tragedia, continuada, que es la conducción de los destinos de Venezuela por parte de Maduro y su "equipo", escribí lo que pueden ver en la imagen siguiente de Twitter: 

Hoy les quiero dejar un extraordinario artículo del periodista y estratega en comunicación e imagen Luis García Mora, con su tácito permiso, en el que, al menos yo, veo representadas mis ideas acerca de lo que estamos viviendo los venezolanos, de forma tan lapidaria, que no puedo desestimar la oportunidad de compartirlo en este sitio. Sobre todo porque tampoco puedo entender la posición del estamento político opositor en esa especie de "no tomar decisiones, es también tomar una decisión". 

No soy "anti MUD", no soy "anti política", votaré cuantas veces haya que hacerlo; pero si mi voto va a elegir algo, que por lo menos me convenzan de que lo que están haciendo es lo mejor, con propuestas y argumentos, con razonamientos que ganen mi confianza y no con silencios constructores de incertidumbre, dudas y desconfianzas. Esto es como el proceso de cortejo entre humanos, si uno quiere llegarle a una mujer u hombre que le gusta, el argumento no puede quedarse en que "yo soy mejor porque los demás son malos", hay que demostrar ese aserto y ponerle cariño, dedicación, sentido de la oportunidad, constancia y sobre todo, humildad. La cosa no es ¡ven y dame un beso!...¡conquístame!

Creo, sí, que la MUD coopera con el régimen; más no como un acuerdo para apuntalarlo en el poder, no como un acto consciente, sino que por miedo, por carencias que le impiden medir lo trascendental de asumir una posición de coraje, que no de violencia, ni fuera de la Constitución; por el contrario, muy a tono con nuestra Carta Magna. 



Y cito a García Mora, en este artículo:
"Porque, aclaremos algo: hay momentos en los cuales la construcción de una proposición política en los que no puedes dejar que te impongan una narrativa. Y menos en una situación tan caliente como la que enfrentamos en Venezuela."

Al límite // Inmolarse inmolándonos; por Luis García Mora



¿Cuántas veces, al comparar involuntariamente las despiadadas imágenes del duro acontecer, los periodistas profesionales experimentamos esa sensación de pérdida de equilibrio, de caída interior, de vértigo, cuando nos enteramos de un dramático episodio como el del vuelo GWI9525 de Germanwings?
Y, cuando ya estábamos completamente descolocados, nos enteramos de los gritos de los 150 pasajeros que se oyeron a bordo, en el momento antes de morir y se informa que el siniestro fue provocado por el copiloto, Andreas Lubitz, con un historial depresivo, quien decidió estrellar el avión.
Inmolarse inmolando.
Una locura, sí. Pero ocurre.
Como en nuestro país donde, guardando las distancias de la obligatoria profundidad que separa a las dos tragedias y desde nuestro humilde punto de vista, alguien al control de nuestro vuelo vital, junto a más de 30 millones de compatriotas, se acerca a su inmolación inmolándonos.
¿Suicidio?
No. Los suicidas se acaban ellos solos. Es una faena absolutamente personal, no colectiva.
*
Cuando las negociaciones entre el Gobierno colombiano y las FARC, en La Habana, alcanzaron su punto de no retorno, y mientras Cuba como Estados Unidos se preparan para hablar de Derechos Humanos el martes próximo en Washington, la contradicción venezolana desde el punto de vista socioeconómico o político sobrepasa cualquier nivel de racionalidad.
Cuando Nicolás Maduro y esta especie de guerrilla atrincherada en el poder le corta y le niega cualquier salida al país, secuestrándolo prácticamente, al costo que sea, incluso una crisis alimentaria y de supervivencia y seguridad, no queda más que mirarnos perplejos como en el vuelo GWI9512.
Porque para nada, ¡para nada!, el Presidente de la República ni su equipo han comenzado a compartir con la ciudadanía una mínima muestra de comprensión y de dolor sobre el agudo y violento problema de sobrevivencia cotidiana que nos amenaza.
Galopante. Fulminante. Violenta.
El tejido ciudadano casi ha desaparecido en el levantamiento de emergencia de una improvisada red de redes de mercado negro, de alimentos y de insumos, donde se quintuplican los precios al borde de lo delincuencial, en un cotidiano combate contra la nada, para permanecer, para continuar, para persistir.
Y el Gobierno hace oídos sordos a lo que pasa.
Agitándose e intentando agitarnos con espantapájaros, monigotes y espantajos de feria para ignaros, analfabetos e iletrados, traídos de otras galaxias o desde su fantasía, ante un país que, como el fatídico vuelo, se precipita sin nadie que lo conduzca.
O, peor aún, quien lo conduce lo lleva voluntariamente hacia el aniquilamiento y la ruina, sin importarle lo que éramos.
Lo que fuimos.
Tomados prisioneros por unas mentes descarriladas que no tienen más pertrechos que (completamente fuera de sincronismo) convocar recurrentemente al Apocalipsis.
Y lo que espanta es el nivel de desconexión con la totalidad del país, con el otro.
A veces da la impresión de que en Venezuela, en lugar de con un Gobierno electo democráticamente, se estuviese tratando de negociar con un grupo que ha capturado un Estado y se encuentra atrincherado en el Palacio de Gobierno con todos sus rehenes, sus prisioneros, sus víctimas.
¿Cómo las FARC? ¿Como Cuba? ¿En la Cumbre de las Américas, en Panamá? ¿Al igual que en las negociaciones de las FARC, en La Habana, con el gobierno de Colombia? ¿O las de Cuba, con nada más y nada menos que el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica?
Pero, ¿qué puede negociar Nicolás Maduro con Obama?
¿Qué quiere, más allá de la retórica?
¿Qué espera?
¿Que le cambie a los siete enjuiciados por Leopoldo López o por Antonio Ledezma o por los alcaldes y estudiantes prisioneros en sus manos por protestar, como si fueran los disidentes cubanos presos de La Cabaña?
En este sentido, las sanciones de Obama a los siete funcionarios de alto rango del gobierno de Maduro, acusados de violar los derechos humanos, envueltas en la declaración de Venezuela como “una amenaza inusual y extraordinaria” a la seguridad de los Estados Unidos, aunque para ellos se trate de un lenguaje jurídico estándar requerido por su jurisprudencia para dictar sanciones financieras, no le han servido a la oposición venezolana para (pragmáticamente) ponerle al Gobierno los puntos sobre las íes y levantar una polémica.
Porque, aclaremos algo: hay momentos en los cuales la construcción de una proposición política en los que no puedes dejar que te impongan una narrativa. Y menos en una situación tan caliente como la que enfrentamos en Venezuela.
A esta oposición le pasa lo mismo que a aquella otra, con lo de “La Cuarta República” y “La Quinta República”, que las compraron sin discutir. Es como con lo de DAKA, cuando quedaron privados. Ahora, con lo de Obama, cuando el Gobierno les habla de una conspiración internacional, lo copian.
¿Y eso por qué?
¿Por qué la oposición no termina de montarse sobre el potro salvaje y galoparlo con coraje, como se galopan las crisis? ¿Por qué no ponerse por encima del discurso gubernamental y pedirle a Estados Unidos que expliquen por qué han tomado estas decisiones y con base en qué se congelan las cuentas a esos siete señores?
¿Por qué no se informa y preguntan cómo es que estos señores tienen dinero en Estados Unidos (o donde sea) y les piden que enseñen al mundo esas cuentas? ¿ Y por qué no preguntarle a Washington cómo es que nos iguala con esos otros países a los cuales les han aplicado ese mismo procedimiento “legal normal”, como Siria o Birmania?
Hacer eso le impediría al Gobierno evadir y los obligaría a poner el acento en la corrupción y en esas fortunas no reportadas ni confesadas, hechas a la sombra del poder.
¿Y por qué no lo hacen entonces? ¿Complejos? ¿Miedo?
¿Calculan en la oposición que esta decisión les puede permitir, más allá de lo urgente de esas preguntas, el apoyo de ese 20% o 30% chavista que sigue apoyando lo que sucede en Miraflores?
¿Por qué no se piden explicaciones sobre los siete de la lista y se le pregunta a los gringos qué piensan hacer con esos activos congelados? ¿Nos lo devuelven? ¿Se los quedan?
Tal como es el comentario internacional, “Obama debería haber anunciado las nuevas medidas simultáneamente con la revelación de los datos sobre los miles de millones de dólares escondidos en bancos extranjeros por funcionarios venezolanos de alto rango”. ¿Pero acaso guarda toda esta documentación para desarmar a Nicolás Maduro en la Cumbre? ¿O la utiliza como su munición para negociar?
Estamos en las proximidades de unas elecciones parlamentarias, en un país vapuleado por una crisis inmisericorde. Aquí, como dice Henrique Capriles Radonski, las cosas han cambiado en la calle irreversiblemente. Se ha producido un cambio político cualitativo y cuantitativo brutal.
¿Qué hará Maduro con todos nosotros los venezolanos si, de repente, se abren en un futuro inmediato todas esas espitas? ¿Y ante una derrota clara en las parlamentarias?
¿Seguirá el gobierno encerrado en la cabina del piloto, con más de 30 millones de pasajeros tocándole desesperados la puerta para que abra, con la delirante voluntad política de estrellar a Venezuela?
¿Seguirá inmolándose inmolándonos?

miércoles, 25 de marzo de 2015

Miénteme más / ¿Primarias, secundarias o terciarias?


Estimados amigos, hoy quiero dejarles, lado a lado, dos artículos, puntos de vista de dos analistas venezolanos que parecen la respuesta del uno al otro sobre el desempeño de la oposición política y sus respuestas ante la crisis continuada que vive nuestro país; puntos de vista respetables pero encontrados en un aspecto que, para mi, es medular en la construcción de eso que llaman "Unidad": la gente, la opinión pública, los votantes que son los que materializan las victorias electorales...y las grandes presiones de calle. No hay tal unidad, por más unidos que parezcan o digan estar los partidos políticos de oposición dentro de la figura MUD, si esa unidad no es "percibida, olfateada y saboreada" por la gente, por los votantes potenciales a favor de los candidatos de dicha propuesta. 

Día a día el régimen sigue su inexorable descenso al descrédito total en el juicio de tirios y troyanos, pero la oposición no parece, según diversas encuestas, capitalizar el descontento; ¿por qué sucede esto?

Yo tengo mi opinión, como es natural; pero no la voy a expresar porque más allá de eso lo que pretendo es que Ud. exprese la suya sobre estas dos posturas.



Miénteme más


CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ |  EL UNIVERSAL
domingo 22 de marzo de 2015  12:00 AM

Según información del ex presidente Samper en funciones de vocero part time del CNE, la elección será en septiembre de este año, aunque luego Lucena irritada corrigió. Sigue la estridencia estéril y contraproducente. El radicalismo semi ilustrado de capas medias creó mitos, ideas cosificadas, queloides de pensamientos que impiden comprender la realidad y promueven abstención y diversos errores. Pontifican sobre política aunque su desconocimiento del tema sea escandaloso. Opositrolles y laboratorios pueblan las redes de divagaciones de cerebro de gallina (seudónimos y ladridos) y odios sicóticos, escasos en los sectores populares de mayor sentido común. Veamos algunos.


1. La primariomanía o "el consenso no es democrático". Falso. Hablan de dedazo aunque el consenso es de cuarenta organizaciones, capaces de sacrificar sus intereses para darle lugar a 16 pequeños grupos que de otro modo jamás podrían llegar a la Asamblea, porque en las primarias se impone la capacidad de movilización de los aparatos. Dedazo cuando los jefes de los secretarios generales de los principales partidos, Luis Emilio Rondón de Un Nuevo Tiempo y Tomás Guanipa de Primero Justicia aún no tienen ubicación, mientras Henry Ramos va por un circuito. Quienes hablan de primarias en todas partes apenas tuvieron gente para inscribirse en 5 circunscripciones de las 39 que se habilitaron. Pero los falsos "primariómanos" tienen la oportunidad de renunciar a sus candidaturas decididas en el acuerdo para demostrar su convicción ¿Qué sentido tiene ir a una elección por pedido de quienes no tienen fuerza ni para inscribirse, como ocurre en Anzoátegui? Hacer primarias cuesta mucho dinero como cualquier otra gran movilización y resulta insólito que algunos que carecen de apoyo pretendan que otros las paguen. Varios personajes de loro en el hombro y pata de palo se lanzarán por su cuenta con el fin explícito de que el gobierno debilite y pueda derrotar los candidatos de la Unidad.



2. En 16 años la dirección opositora va de derrota en derrota. Falso. Entre 1999 y 2005, con partidos liquidados, la conducción de la oposición pasó a aficionados sin experiencia ni partido, "gerentes" y personas de diversos oficios, a los que llamaron sociedad civil. Eso llevó a auto-ensartes que destruyeron la fuerza defensiva de las instituciones democráticas y minó la capacidad de respuesta frente al autoritarismo. Cada una de esas geniales operaciones fue una rebanada a la disidencia. Pero la joya de la corona fue el retiro de las candidaturas en 2005. Con la postulación de Manuel Rosales en 2006 arranca otra historia que hizo renacer la esperanza hasta 49.3 % del voto popular con Capriles en 2013 contra el poder total del Estado. 



3. Van a elecciones para buscar puestos. Falso. La alternativa se construye con acumulación de fuerzas, un poder dual en las instituciones, como estudiaron grandes clásicos del pensamiento. Concejalías, diputaciones regionales, alcaldías, gobernaciones, diputados nacionales y presencia en todas las esferas posibles, es lo que permite quebrar una hegemonía aunque no lo asegura. Lo demás es infantilismo y antipolítica. Como dice Safransky, "la libertad no es una garantía sino una oportunidad". Las torpezas y los torpes se empeñan en liquidar la oportunidad.



4. El diálogo es traición. Falso. Contra la enseñanza del galáctico, el diálogo es la forma civilizada de hacer política y mientras más bárbaro sea el poder revolucionario, que en esencia es el uso de la fuerza, más claro debe quedar urbi et orbis que quienes buscan sustituirlo son su negación. No se trata de ser tan déspotas como los déspotas. Conversar es la voluntad de ahorrar vidas y sangre. Los norteamericanos negociaron dos veces con el comunismo vietnamita, primero Johnson y luego Nixon, y no porque se tuvieran cariño, sino para poner fin al conflicto. Casi todas las guerras terminan en diálogo o en el exterminio. En Colombia la democracia se acordó con la guerrilla del M-16 en 1990 y ahora desarrolla el proceso con las FARC. Los partidos chilenos negociaron con Pinochet y sus generales para convocar el referéndum y luego para la transición, y lo mismo los nicaragüenses con los sandinistas. Bolívar dialogó con Morillo y los líderes de los nacientes EE UU con los ingleses para terminar la Guerra de Independencia. Ahora Obama lo hace con Cuba.



5. ¡Salida Ya-Transición! Falso. Esas vacías consignas solo han dejado cárcel, luto y descrédito. Ninguna de las dos cosas está planteada y corresponde más bien al deseo de sustituir la incapacidad para construir alternativas por vaciedades de minorías que tienen poco que perder y matan el tiempo en diferenciarse, para llamar la atención que de otra manera no logran, mientras las fuerzas mayores están obligadas a la responsabilidad sin delirios. La "salida ya" chantajeaba conque la Unidad "quería esperar las elecciones" y hoy quienes decían esto esperan pacientemente su diputación. 



6. Dictadura no sale con votos. Falso. Esta afirmación, contra toda evidencia, desconoce que la inmensa mayoría de las dictaduras se derrumba ante procesos electorales. Perú. Ecuador, Bolivia, Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, México, Rusia, Nicaragua, Hungría, Polonia y cantidades de otras, comunistas y no comunistas, lo evidencian. 

@CarlosRaulHer

¿Primarias, secundarias o terciarias? por Antonio Sánchez García


Esas son las razones por las cuales considero que las primarias, con todos sus riesgos, posibles errores y desbarajustes, son el único método legítimo para que cada región, ciudad, circuito elija a quien le parezca. Prefiero el error del pueblo que la aviesa voluntad del secretario general. A quien nadie escogió y que ya me obligó a pagar una Asamblea mediocre, que fue incapaz de alzarse contra la dictadura. ¿O usted cree que yo me siento representado por esa camarilla que corrió a dialogar con los asesinos mientras nuestros hijos se desangraban en las calles de Venezuela?
Entendámonos: lo urgente es el desalojo. Ponerle un fin de una buena vez, definitivamente y para siempre a esta pesadilla con la que es material, práctica, ontológicamente imposible convivir. Lo afirmó en su momento la pensadora judía Hannah Arendt al señalar que el totalitarismo es totalitario, precisamente, porque excluye cualquier convivencia con todo lo que le sea distinto, diferente, contradictorio. Y el régimen que enfrentamos, disfrácese cuanto quiera de democracia castrista –un oxímoron–, es una dictadura real que aspira en su esencia a totalizarse. Y que si no lo ha logrado del todo no se ha debido a su falta de ganas ni a sus ímpetus y empujes: ha sido porque, tras dieciséis años de fraudes, imposiciones, arbitrariedades y persecuciones, aún sobreviven generaciones enteras dispuestas a dar sus vidas antes que arrodillarse frente a los bufones que detentan el poder. Por cierto: por orden e imposición de la tiranía cubana, verdadera detentora del poder en la Venezuela castromadurista. Y el ominoso e inmoral respaldo de las democracias izquierdistas de la región.
El grave problema reside en la profunda diferencia que separa a los dos grandes sectores de la oposición democrática: el que percibe esa clara distinción –enfrentar una dictadura con pujos totalitarios y saber que el imperativo histórico reside en su desalojo– y el que se niega a percibirla como tal y quisiera, posiblemente de la mejor buena fe y con el sano propósito de ahorrarse daños y perjuicios, que se fuera desgastando, hundida en las contradicciones que se le suponen, hasta hacer mutis motu proprio.
Es una falacia de marca mayor pretender que quienes planteamos el desalojo como única forma de ponerle fin a esta pesadilla, pues consideramos con suficiente fundamento sociológico e histórico que una dictadura de este jaez no cede voluntariamente y de buen grado el poder que controla de manera dictatorial sino solo y únicamente empujada por la marea del rechazo popular –activo y actuante como un fulgor de masas–, rechazamos los procesos electorales y predicamos la abstención. Lo que no es ninguna falacia es reconocer que no hipostasiamos las elecciones y las tomamos en consideración como el único, exclusivo y excluyente medio e instrumento de acción política. Una cosa es rechazar el electoralismo, y otra muy distinta rechazar las elecciones.
Y he allí el meollo de la aparentemente insalvable diferencia entre ellos y nosotros. Ellos se conforman con votar. Nosotros no nos conformamos con votar. Ellos detienen su accionar en el acto electoral mismo. Nosotros lo vinculamos a un proceso ininterrumpido de acumulación de fuerzas que va mucho más allá de los resultados inmediatos, falsos o verdaderos de dichas elecciones controladas por la dictadura, planteándonos el desalojo definitivo de esta dictadura. Ellos, como el hecho político por antonomasia. Nosotros, como un momento del acto político por excelencia: el despertar de las mayorías y su emancipación por la vía de la asunción directa, por propia mano de los cambios que la historia nos reclama. Ellos llegan hasta los colegios de votación. Nosotros no nos detendremos hasta desalojar del poder a la camarilla cívico-militar que lo usurpa y ha puesto a la patria al servicio de los invasores cubanos.
Esa diferencia esencial, sustantiva, existencial y ontológica predetermina las actitudes con que ellos y nosotros enfrentamos este proceso y asumimos sus primeras etapas. Para nosotros no se trata de llevar a “nuestros” militantes y servidores a ocupar un foro de discusiones intrascendentes, para acomodar la impresión de que esta no es una dictadura. Sin otro objetivo que el partido. Por el partido y para el partido. Sobre todo para la única verdad del partido: su secretario general, su dirección política, sus comité central y todo el aparataje que lo define. A nosotros, el partido nos trae sin cuidado. Llámese AD, Primero Justicia o Un Nuevo Tiempo. A nosotros nos interesa la DEMOCRACIA, forma de convivencia de una sociedad emancipada que recibe el nombre genérico de PATRIA. Que se sustenta en el pueblo, en la nacionalidad, en los ciudadanos. Los partidos son una ecuación de segundo, no de primer grado. De primer grado: solo el  pueblo, el constituyente. Aquel en quien reside el poder cuando han sido desalojados quienes lo usurpan por la fuerza de las armas.
De allí que, puestos en la encrucijada de usar ese campo de acción –para nosotros un campo de batalla, no un escenario para montar un espectáculo viral en que cada cual agarra lo que le consiente el dueño del circo– consideremos útil, esencial y de primera importancia usarlo para activar el sentimiento opositor, liberador, emancipador de las masas. Para agitar nuestras bases de respaldo. Para poner en acción el sentimiento libertario que subyace al venezolano y que hoy se expresa en una mayoría contestaria que rechaza la dictadura y se opondrá con alma, corazón y vida a arrodillarse ante los Castro y el gobernante que les obedece.
Puestos en esa tesitura, obviamente el protagonismo debe recaer en el pueblo, en las masas, en la ciudadanía. No en unos funcionarios que creen que la democracia es asunto particular suyo. ¿Quién fue el Dios todopoderoso que les dio la gerencia de sus organizaciones políticas, quién los apernó en sus tronos imperiales? ¿Por qué habremos de votar por sus elegidos y no por quienes representen auténticamente el sentir popular?
Salir y liberarnos para siempre del caudillaje –de lado y lado–, ese es el imperativo categórico. Esas son las razones por las cuales considero que las primarias, con todos sus riesgos, posibles errores y desbarajustes, son el método menos arbitrario y más legítimo para que cada región, cada circuito, cada ciudad elija a quien le parezca el mejor de sus representantes. Prefiero el error del pueblo que la aviesa voluntad del secretario general. Que ya me hizo pagar una Asamblea mediocre, que fue incapaz de alzarse contra la dictadura. ¿O usted cree que yo me siento representado por esa camarilla que corrió a dialogar con los asesinos mientras nuestros hijos se desangraban en las calles de Venezuela?

 @sangarccs

El Nacional


sábado, 21 de marzo de 2015

"¡No sospecho de nadie, pero desconfío de todos!"

Son ya muchos y largos los años de esta mala historia. Historia escrita con los fluidos viscosos y putrefactos de los más bajos instintos que el ser humano sea capaz de albergar, visto lo hasta ahora visto, y con pronósticos de ponerse peor. Escrita desde las fauces babeantes de la envidia y el resentimiento, desde la necesidad visceral de la detentación del poder, por el poder mismo, por la multi orgasmia que imaginarse instalado en él produce a los que van por la vida sin honor, sin dignidad ni autoestima, soñando con lujos y riquezas de fácil obtención y, sobre todo, saldando cuentas que, reales o imaginarias, solo a ellos se les ocurre llevar registradas en una libretita mugrienta de tanto sobarla, como un escapulario. Más triste aun, que algunos, muy, muy abajo en la escala de la iniquidad, pero muy alto en la de la idiotez, disfruten desde su miseria en el festín de las migajas, las conquistas de quienes, de palabra y muy condicionalmente, les "reivindican"; se vean representados en sus lujos y prepotencia, en su odio y patanería. Hasta que aquellos se convierten en sus verdugos. Pero así es la cíclica historia de la humanidad en sus procesos de limpieza que ahora nos tocó en propia piel.

A diario leo las noticias, las redes sociales, los comentarios y los análisis sobre Venezuela, su crisis, la inseguridad, la inflación, desempleo, compra desmedida de armas, hospitales que no funcionan, servicios públicos de inframundo, la corrupción, presos políticos, estudiantes asesinados, presuntos nexos con el terrorismo internacional, drogas, lavado de dinero, el abuso de sus funcionarios públicos, la escasez, la falta de oportunidades y ese largo etcétera que agobia, aturde, sofoca y me parece que todo fuera parte de una composición teatral, literaria, una novela de esas que, en aquellos años de "éramos felices y no lo sabíamos", nos sentábamos a ver en familia, noche tras noche, subyugados por sus retorcidas tramas; pero no, ninguna le llegó ni a las pantorrillas a la truculencia de la realidad del socialismo del siglo XXI. Se volaron la barda, record Guinness, barbarazo, tremendo, enorme, increíble, extraordinario. Difícilmente se les pueda superar porque, además y con gran entrega, ellos se superan día con día, tanto, pero tanto, que sin pensarlo, digo yo, han quemado sus naves. ¡Oh, tragedia!

Y es una tragedia cuando, v.g., un grupo de asalta bancos experimentados, por una falla en el plan, asesinan a varios de los empleados y clientes, toman rehenes, los cerca la policía, ven cerradas las salidas y saben que negociar significa ir a la cárcel, de todas, todas. Entonces el pánico se mete en los tuétanos y buscan huir, hacia adelante; el resto es cuestión de escalas.

Ojalá los políticos y analistas de oficio de la oposición democrática venezolana sepan muchas cosas que el común de los mortales no sabemos y que esa distancia que parece crecer entre lo que la gente piensa y los políticos dicen y hacen no es más que parte de la "estrategia"; y que esa panacea a la que llaman "elecciones legislativas" lo sea en realidad. Otro "ojalá" y no nos salgan con que ganamos pero nos robaron y como el que nos robó es el mismo que debería cuidar que no nos roben estamos jodidos, oootra vez. ¡Ah, y no hay plan "B" porque el plan "B", que debió ser el "A", ya lo quemó Leopoldo con "La Salida" y segundas partes nunca fueron buenas...y, siguiendo con las habituales cantinfladas: "¡así que calladito y derechito para su casita que el 2019 está a la vuelta de la esquina y ahí si que le vamos a ganar al bigotudo, que si Ud. lo ve desde otro ángulo podría ser hasta peorcito él, ¿no me le parece?!"

Nos "empavó" Cristobal Colón al bautizar a esta tierra de gracia como "Venezuela" o "pequeña Venecia"...aquella, la del mar Adriático, se hunde dos milímetros por año por causa del calentamiento global; esta, la del mar Caribe lo hace a metros por segundo por el enfriamiento de las bolas de los venezolanos que, dado su oficio, les toca liderar la emancipación del país de las fauces totalitarias; pero prefieren darle tiempo al tiempo porque, según vaya viniendo, vamos viendo.

"¡No sospecho de nadie, pero desconfío de todos!" Mario Moreno Reyes - Cantinflas

sábado, 14 de marzo de 2015

¿Exagerada?

A raíz del pronunciamiento del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, a través del presidente Barack Obama, declarando a Venezuela "Inusual y extraordinaria amenaza para la seguridad nacional de EEUU", se ha desatado, como es natural, toda serie de comentarios y opiniones cuyo tenor y argumentación, obviamente, depende de la orilla del río en la que cada quién se encuentra, política, cultural e ideológicamente; de la cantidad y calidad de la información que se maneje sobre el particular y de una visión macro y microscópica del mundo en el cual se inserta esta Venezuela del siglo XXI. Ante una situación como esta, que sí, es grave, las figuras públicas de la oposición o de instituciones como la Iglesia deben medir muy bien lo que dicen; aquí ya no vale prenderle una vela a Dios y otra al diablo, "echarle un tirito al gobierno y otro a la revolución", como reza el refranero. La situación de Venezuela hace mucho que comenzó a trascender lo interno y se ha venido convirtiendo en un asunto de interés internacional y no por los "beneficios" de la exportación de la "revolución" sino por un racimo de otras cosas "non sanctas". 

Estados Unidos, después de los ataques terroristas de 2001, promulgó la ley USA PATRIOT, a fin de prevenir y sancionar intentos terroristas como los ya sufridos; se puede estar o no de acuerdo con esta ley, se puede estar o no de acuerdo con USA pero lo que no se puede negar, sean cuales fueren las razones, es que USA es el país más amenazado del mundo por toda clase de discursos radicales, no pocas veces acompañados de hechos, con saldo de muertes y heridos. ¿Tienen derecho a defenderse o no?

Para preparar un "coctel amenaza para los Estados Unidos" Ud. debe reunir algunos ingredientes:
Primero:  Mensajes de odio, desprecio y acusación hacia USA de cuanto mal ocurre en el mundo.
Segundo: Tener la facilidad de adoptar falsas identidades para ingresar a USA o a sus embajadas.
Tercero:  Tener el dinero suficiente y "no rastreable" para promover, articular y perpetrar acciones terroristas.
Cuarto: ¡Ser lo suficientemente ignorante y prepotente para creer que no lo detectarán!

¿Ya le va "sonando" a qué se refiere el "afro descendiente" Sr. Barack Obama, cuando habla de "Inusual y extraordinaria amenaza para la seguridad nacional de EEUU"?

En Venezuela se ha venido propiciando la preparación de "ese coctel" a través de la demolición de las instituciones de forma tal que Identificación y Extranjería ha sido señalada recurrentemente de proporcionar identidad venezolana a individuos ligados al extremismo mundial; otro ingrediente ha sido y es la permanente arenga "anti imperialista" contra los Estados Unidos y la cercanía militante a cualquiera de sus confesos enemigos, mientras seguimos comiendo -mal, pero comiendo- a expensas del único que paga la importación de petróleo como Dios manda, "el imperio yanki". Por otra parte, en ese mezclar lo que no se debe mezclar, el saqueo inmisericorde, público, notorio y escandaloso de los dineros públicos, como muy probablemente no había sucedido en la historia de la humanidad - tal vez exceptuando los perpetrados por Atila y sus hunos-, ha surtido las arcas desde tipejos como Monedero e Iglesias hasta...¡vaya usted a saber quién!
Pero la cosa no termina allí. Como colofón, cual sombrillita al borde de la copa de ese venenoso trago, el último ingrediente es el que en mayor proporción se ha dejado ver a lo largo de estos cavernarios años de nuestra pobre Venezuela: ¡la ignorancia empoderada y prepotente que se ha llegado a creer su ilusión de que el poder dota de inteligencia superior a quienes lo detentan! De sobra lo vimos en Hugo Chávez y ahora en su sucesor, aunque a este último le cuesta mucho esconder lo zonzo, sólo para nombrar a las cabezas de este drama que no sabemos cómo ni cuando terminará.

Entonces, Excelentísimo Cardenal Urosa, con todo el respeto del mundo, ¿a que se refiere Ud. con que la posición de USA sobre el gobierno de Venezuela, que no sobre los venezolanos, es "exagerada"? Exageradas son las evidencias de flujos de capitales ilícitos rodando por el mundo a expensas de la miseria de millones de venezolanos. Exageradas son las carencias de nuestro pueblo luego que Dios nos enviara por diez años seguidos una fortuna suficiente para haber convertido a Venezuela en la Dubai del Caribe. Exagerado es que mueran 25 mil personas al año víctimas de la violencia de las bandas armadas y de individuos baldados por el consumo de drogas, que hoy más que nunca parecen correr por las calles. Y a los políticos de oficio de la oposición me permito preguntarles: ¿¡cuál es el miedo a asumir una posición firme y contundente que exija al gobierno investigar la corrupción, las denuncias de narcotráfico y las presuntas adjudicaciones de pasaportes a individuos ligados al terrorismo internacional!? ¿Cuál es el miedo a decir a voz en cuello: ¡yo apoyo las sanciones contra los corruptos y violadores de Derechos Humanos!? ¿Uds. quieren de verdad llegar al poder o también están jugando al "hacer que hacemos"? No sé, pero a menudo me lo parece.




viernes, 13 de marzo de 2015

Como decíamos ayer...

"A mí, el famoso 'decíamos ayer' con el que Fray Luis de León retomó sus clases en la Universidad de Salamanca tras su encarcelamiento por la Inquisición, remedado luego por Unamuno cuando regresó a las aulas después de su 'descanso' dictado y forzoso, siempre me recordó a otro sabio: a Miguel Forte (Bilbao, 1917), un maestro que vivió en Granada durante tres décadas largas y que, al hombro de la democracia, regresó a la docencia con esa misma frase. El 'como decíamos ayer' de Miguel Forte cerraba, amén de las noches en prisión que aguantaron sus riñones, cuarenta años de inhabilitación propiciada por el régimen franquista al ejercer como docente en la II República y defender su causa. Desde entonces, Miguel Forte ha sabido enfrentarse al mundo con la sabiduría del hombre bueno, construyendo su vida sobre dos valores que nos debieran definir como personas libres y engrandecernos: uno, la defensa a ultranza de su memoria histórica; y dos, el vivir sin rencor. Dignidad, toda."

Tomado de: http://www.ideal.es/granada/20071003/opinion/como-deciamos-ayer-silueta-20071003.html

He querido recomenzar con este blog, después de mucho tiempo inactivo, apelando a la tan conocida frase de Fray Luis de Leon, que usualmente atribuimos a Miguel de Unamuno, y me encontré con la reseña que cito al inicio, de José Rienda, como parte de un artículo muy hermoso que exalta valores y virtudes, poesía y dignidad, convicciones y resistencia. Y cuando pensaba bautizar este reinicio con una buena dosis de catarsis, luego de la turbulencia en pleno desarrollo por las sanciones del gobierno de Norteamérica a funcionarios públicos y militares por estar incursos en violación a derechos humanos y corrupción -según el gobierno del Sr. Obama y muchas malas y buenas lenguas- la lectura de estas letras que apuntan hacia cosas tan nobles, como el reconocimiento del otro, de la virtud ajena, de la dignidad y del arte como representación de los niveles más altos de sensibilidad humana, en medio de tanta degradación como vivimos en Venezuela, no pudo menos que causarme nostalgias y añoranzas.

Este sitio nació hace unos años, al calor de este largo sofocón que trajo a Venezuela la conversión de la política en aire, obligándonos a tenerla presente en cada respiración y evolucionó como un espacio de reproducción de noticias y artículos mayoritariamente orientados a plantear oposición y crítica dura al gobierno. Generalmente, los artículos eran reproducciones de trabajos de analistas y articulistas o de noticias de diferentes medios de comunicación de Venezuela e internacionales; pocos eran de mi autoría. Confieso que considero el escribir, con sentido y profundidad, una de las cosas más laboriosas de este mundo y siempre, aunque me gusta, he preferido leer. Sin embargo, vengo con ganas de emprender alguna aventura y la de escribir, ¡vaya que es un reto!

Es por ello que, a partir de ahora, siguiendo el carácter opositor de la línea editorial de este blog, los artículos aquí publicados serán, cortos o largos, malos o buenos, de mi exclusiva autoría, sin que ello excluya la posibilidad de insertar comentarios, ideas, enlaces, referencias, de otros artículos, medios o escritores.

Soy opositor desde mi temprana adultez y lo he sido, porque considero una obligación serlo, porque plantear oposición es ayudar a develar el camino que conduce a los consensos, a la democracia perfectible, a la libertad de estar en la otra orilla, al enriquecimiento de las ideas. Lo que varía es el grado de oposición que se ejerce a uno u otro gobierno, a una u otra conducta, medida, política o desempeño. No hay forma de que gobierno alguno pueda contar con el apoyo y aprobación de todos en todo y eso está bien porque somos, todos, diferentes, manejamos percepciones y profundidades diferentes, sobre temas comunes; y mucho menos aquellos gobiernos devenidos en regímenes que cruzan la línea de los acuerdos tácitos y de los constitucionalmente explícitos de la convivencia política y social, como el que hoy lacera los destinos de 30 millones de venezolanos.

Escribir críticamente en la Venezuela de hoy sabemos que constituye un riesgo de persecución, no hacerlo es un acto de complicidad con el lado equivocado de la historia.

Bienvenidos todos los que se animen a compartir mi aventura, a dejarme un poco de su tiempo y de su crítica, que agradeceré en tanto sincera y respetuosa.

José Bianco

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