sábado, 14 de marzo de 2015

¿Exagerada?

A raíz del pronunciamiento del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, a través del presidente Barack Obama, declarando a Venezuela "Inusual y extraordinaria amenaza para la seguridad nacional de EEUU", se ha desatado, como es natural, toda serie de comentarios y opiniones cuyo tenor y argumentación, obviamente, depende de la orilla del río en la que cada quién se encuentra, política, cultural e ideológicamente; de la cantidad y calidad de la información que se maneje sobre el particular y de una visión macro y microscópica del mundo en el cual se inserta esta Venezuela del siglo XXI. Ante una situación como esta, que sí, es grave, las figuras públicas de la oposición o de instituciones como la Iglesia deben medir muy bien lo que dicen; aquí ya no vale prenderle una vela a Dios y otra al diablo, "echarle un tirito al gobierno y otro a la revolución", como reza el refranero. La situación de Venezuela hace mucho que comenzó a trascender lo interno y se ha venido convirtiendo en un asunto de interés internacional y no por los "beneficios" de la exportación de la "revolución" sino por un racimo de otras cosas "non sanctas". 

Estados Unidos, después de los ataques terroristas de 2001, promulgó la ley USA PATRIOT, a fin de prevenir y sancionar intentos terroristas como los ya sufridos; se puede estar o no de acuerdo con esta ley, se puede estar o no de acuerdo con USA pero lo que no se puede negar, sean cuales fueren las razones, es que USA es el país más amenazado del mundo por toda clase de discursos radicales, no pocas veces acompañados de hechos, con saldo de muertes y heridos. ¿Tienen derecho a defenderse o no?

Para preparar un "coctel amenaza para los Estados Unidos" Ud. debe reunir algunos ingredientes:
Primero:  Mensajes de odio, desprecio y acusación hacia USA de cuanto mal ocurre en el mundo.
Segundo: Tener la facilidad de adoptar falsas identidades para ingresar a USA o a sus embajadas.
Tercero:  Tener el dinero suficiente y "no rastreable" para promover, articular y perpetrar acciones terroristas.
Cuarto: ¡Ser lo suficientemente ignorante y prepotente para creer que no lo detectarán!

¿Ya le va "sonando" a qué se refiere el "afro descendiente" Sr. Barack Obama, cuando habla de "Inusual y extraordinaria amenaza para la seguridad nacional de EEUU"?

En Venezuela se ha venido propiciando la preparación de "ese coctel" a través de la demolición de las instituciones de forma tal que Identificación y Extranjería ha sido señalada recurrentemente de proporcionar identidad venezolana a individuos ligados al extremismo mundial; otro ingrediente ha sido y es la permanente arenga "anti imperialista" contra los Estados Unidos y la cercanía militante a cualquiera de sus confesos enemigos, mientras seguimos comiendo -mal, pero comiendo- a expensas del único que paga la importación de petróleo como Dios manda, "el imperio yanki". Por otra parte, en ese mezclar lo que no se debe mezclar, el saqueo inmisericorde, público, notorio y escandaloso de los dineros públicos, como muy probablemente no había sucedido en la historia de la humanidad - tal vez exceptuando los perpetrados por Atila y sus hunos-, ha surtido las arcas desde tipejos como Monedero e Iglesias hasta...¡vaya usted a saber quién!
Pero la cosa no termina allí. Como colofón, cual sombrillita al borde de la copa de ese venenoso trago, el último ingrediente es el que en mayor proporción se ha dejado ver a lo largo de estos cavernarios años de nuestra pobre Venezuela: ¡la ignorancia empoderada y prepotente que se ha llegado a creer su ilusión de que el poder dota de inteligencia superior a quienes lo detentan! De sobra lo vimos en Hugo Chávez y ahora en su sucesor, aunque a este último le cuesta mucho esconder lo zonzo, sólo para nombrar a las cabezas de este drama que no sabemos cómo ni cuando terminará.

Entonces, Excelentísimo Cardenal Urosa, con todo el respeto del mundo, ¿a que se refiere Ud. con que la posición de USA sobre el gobierno de Venezuela, que no sobre los venezolanos, es "exagerada"? Exageradas son las evidencias de flujos de capitales ilícitos rodando por el mundo a expensas de la miseria de millones de venezolanos. Exageradas son las carencias de nuestro pueblo luego que Dios nos enviara por diez años seguidos una fortuna suficiente para haber convertido a Venezuela en la Dubai del Caribe. Exagerado es que mueran 25 mil personas al año víctimas de la violencia de las bandas armadas y de individuos baldados por el consumo de drogas, que hoy más que nunca parecen correr por las calles. Y a los políticos de oficio de la oposición me permito preguntarles: ¿¡cuál es el miedo a asumir una posición firme y contundente que exija al gobierno investigar la corrupción, las denuncias de narcotráfico y las presuntas adjudicaciones de pasaportes a individuos ligados al terrorismo internacional!? ¿Cuál es el miedo a decir a voz en cuello: ¡yo apoyo las sanciones contra los corruptos y violadores de Derechos Humanos!? ¿Uds. quieren de verdad llegar al poder o también están jugando al "hacer que hacemos"? No sé, pero a menudo me lo parece.




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