Estimado Chuo, no te conozco personalmente pero como sucede con los hombres públicos como tú y que además, como tú, han sabido despertar profundas simpatías en muchísima gente, y me incluyo, te veo como si te conociera mejor que a muchas personas más cercanas. Eso me permite, como a la mayoría, llamarte "Chuo" en lugar de Jesús o "Sr. Torrealba"; también me facilita la acción de intentar comunicarme contigo de forma pública, porque de lo que quiero hablarte es de intereses colectivos del venezolano acogotado de estos días.
Creo que intentar esbozar un reconocimiento a tu inmensa labor como luchador social, para quedarme sólo con una de tus muchas facetas, sería un acto temerario porque aunque me documente lo más ampliamente posible lo más probable es que se queden muchos méritos en el tintero. Así que prefiero simplificarlo con una nota que exprese mi más profundo respeto y admiración a tu entrega y coraje porque el camino que has elegido no está pavimentado precisamente de rosas.
En septiembre de 2014, cuando asumes la secretaría de la Mesa de la Unidad Democrática, como muchísima gente, sentí un renacer de mi esperanza porque el desempeño de esa entidad cambiara para mejor, después de casi un año de estar en una especie de limbo y, como síntoma de ese cambio, poder volver a ver, oír, sentir, palpar, saborear un proceso de empatía con la gente y de esta con la MUD; no es que por "Jesús" te considere milagroso, ni que en ese momento ni ahora te endose la absoluta responsabilidad por el desempeño, bueno o malo de la mesa unitaria, sino que dada tu amplia y reconocida trayectoria como luchador social, cercano al sentir de los más necesitados, de los estratos populares que son la mayoría en nuestro país, podrías hacerle ver a los partidos allí reunidos la necesidad de una estrategia de oposición más consistente y consustanciada con el sentir de la gente, con el día a día del venezolano, con el abanico de errores de la clase gobernante, con una estrategia de, y en movimiento, que enrostre en su trágica magnitud la inercia del régimen ante los gravísimos problemas de todos los que vivimos y sentimos esta tierra; que haga digerir a cada venezolano, opositor o no, que hay un asunto de vital importancia que resolver y que ese asunto es el cambio del modelo de conducción del país, en lo político, económico y social, so pena de continuar, ineluctablemente, el camino hacia la ruina total de la nación y que, no por último menos importante, la Mesa de la Unidad Democrática es la representación viva de ese cambio, una entidad de lucha total en y por la primacía del Texto Constitucional como proyecto de país, confiable, motivadora y movilizadora de la sociedad en la exigencia de sus derechos diariamente vulnerados por quienes deben ser los garantes de estos. Reconozco como venezolano que ha vivido estos largos años de involución con los sentidos alerta que hay logros importantes que mostrar en el desempeño de la MUD desde su creación hasta las últimas elecciones presidenciales, llevando a la oposición desde la nada hasta ¿casi? ganar las elecciones de 2013; pero luego de esto parece haber caído en una especie de shock del cual aún no se repone y al que muchos lo califican como un mimetismo con el régimen y otros adjetivos que no voy a recrear aquí pero sé que conoces muy bien.
Yo no aspiro a que la MUD sea la punta de lanza de una insurrección armada ni de ninguna otra acción que no esté en el marco democrático, de la Constitución, pero no puedo conformarme con que quienes pretenden representarme ante la jauría me traten de convencer de que no son lobos sino Poodles; que mucha calle no es buena porque alguien se puede poner bravo; que no importa que el CNE siga siendo el mismo que, según voceros opositores, hace lo que le da la gana; que no importa que cambien los circuitos electorales porque igual les ganamos por paliza; hasta llegar al exabrupto de manifestar rechazo a la resolución ejecutiva del gobierno de Estados Unidos en la cual declara a Venezuela como amenaza a la seguridad de este y decide sancionar a individualidades presuntamente incursas en violaciones a los DDHH de venezolanos, confiscando bienes y congelando cuentas bancarias ubicadas en esa nación, contentivas de dineros cuyo origen es dudoso, presuntamente producto de corrupción administrativa y hasta narcotráfico...¿por una cuestión de... "semántica", o de "entidades"? ¿no es Venezuela, es el "gobierno de Venezuela"..? El régimen que desgobierna a Venezuela es, para efectos de las relaciones internacionales, Venezuela; ¿a qué viene caerse a artilugios lingüisticos para no asumir la posición que todo venezolano decente, doliente de esta mancillada nación espera que asuman sus líderes?
Me voy a permitir citar al periodista Luis García Mora en su excelente reflexión hecha en la columna Al límite // "Inmolarse inmolándonos", quién, en mi sentir y entender, interpreta de forma cabal, con respecto al caso de las sanciones, lo que mucha gente se pregunta acerca de la actuación general de la MUD como centro motriz de la oposición político-partidista:
"Porque, aclaremos algo: hay momentos en los cuales la construcción de una proposición política en los que no puedes dejar que te impongan una narrativa. Y menos en una situación tan caliente como la que enfrentamos en Venezuela.""¿Por qué la oposición no termina de montarse sobre el potro salvaje y galoparlo con coraje, como se galopan las crisis? ¿Por qué no ponerse por encima del discurso gubernamental y pedirle a Estados Unidos que expliquen por qué han tomado estas decisiones y con base en qué se congelan las cuentas a esos siete señores?¿Por qué no se informa y preguntan cómo es que estos señores tienen dinero en Estados Unidos (o donde sea) y les piden que enseñen al mundo esas cuentas? ¿ Y por qué no preguntarle a Washington cómo es que nos iguala con esos otros países a los cuales les han aplicado ese mismo procedimiento “legal normal”, como Siria o Birmania?Hacer eso le impediría al Gobierno evadir y los obligaría a poner el acento en la corrupción y en esas fortunas no reportadas ni confesadas, hechas a la sombra del poder.¿Y por qué no lo hacen entonces? ¿Complejos? ¿Miedo?"
Dinos Chuo, ¿qué opinas tú de estas inquietudes que cada día crecen más que las intenciones de votar de mucha gente? ¿por qué los arrepentidos del chavismo-madurismo no recalan en las estadísticas de la oposición sino que van a dar al rincón de los huérfanos? ¿por qué muchos opositores marcados a hierro se sienten parias sin representación? Y más allá me permito preguntarte: ¿qué va a pasar si las primarias, parciales, se constituyen en las Trompetas de Jericó de esa panacea llamada elecciones legislativas? ¿veremos un verdadero "golpe de timón" o seguiremos al garete y según como vaya viniendo vamos viendo?
Ya para terminar quiero citar al Profesor Antonio Sánchez García en su artículo "Primarias, secundarias o terciarias" en el cual retrata, de forma impecable, dos modelos, tendencias o formas de ver el momento político que vivimos, teniendo por un lado una especie de oposición basada en un desmesurado electoralismo, a pesar de la estofa probada y comprobada del régimen y en la misma acera pero separada por varias cuadras, una visión que integra factores ineludibles en el análisis de lo que vivimos y en las formas de oponerse, en consecuencia, sin que las elecciones estén excluidas y que en lo particular suscribo:
"Es una falacia de marca mayor pretender que quienes planteamos el desalojo como única forma de ponerle fin a esta pesadilla, pues consideramos con suficiente fundamento sociológico e histórico que una dictadura de este jaez no cede voluntariamente y de buen grado el poder que controla de manera dictatorial sino solo y únicamente empujada por la marea del rechazo popular –activo y actuante como un fulgor de masas–, rechazamos los procesos electorales y predicamos la abstención. Lo que no es ninguna falacia es reconocer que no hipostasiamos las elecciones y las tomamos en consideración como el único, exclusivo y excluyente medio e instrumento de acción política. Una cosa es rechazar el electoralismo, y otra muy distinta rechazar las elecciones."
Creo que a la sazón de esta vorágine, estimado Chuo, hay demasiadas preguntas sin respuesta, demasiado optimismo en un futuro que no se avizora, demasiadas posibilidades de que un régimen sin escrúpulos, aún con un 80% de rechazo, siga burlándose de un país entero mientras esperamos que "implosione", "se agote", "que bajen los cerros" o "que San Juan agache el dedo"; y me temo, Chuo, que terminemos acostumbrándonos a ese "status quo".
Con mis mejores deseos y peticiones al Creador porque guíe tus pensamientos y decisiones,
José Bianco
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