En ocasión de los Juegos Olímpicos Río 2016 retomamos una publicación del año 2008, a días de conmemorarse diez años de la partida de la reina de la velocidad. Los años no han ayudado mucho a aclarar las controversias.
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EL MUNDO
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DEPORTES
Martes, 22 de septiembre de 1998
La ex atleta, de 38 años, se retiró meses después de ganar tres oros en Seúl debido a los rumores de dopaje - Sufrió un ataque cerebral en 1996 cuando viajaba en avión - «Todos intuimos que se dopaba», según un médico de la Federación Española
Adiós a la reina de la velocidad
Florence Griffith-Joyner fallece de un ataque cardiaco con sus records mundiales aún vigentes
FELIPE CUNA
ESPECIAL PARA EL MUNDO
NUEVA YORK.- «Todos mis records serán superados algún día». Florence Griffith-Joyner no podrá ver cumplido su propio vaticinio, las palabras que pronunció tras los Juegos Olímpicos de 1988, en el esplendor de su carrera. La atleta norteamericana falleció ayer en Los Angeles, a los 38 años, a causa de un ataque cardiaco, con sus plusmarcas de los 100 y los 200 metros aún vigentes una década después de su portentosa exhibición en Seúl, donde colgó sobre su cuello tres medallas de oro.
«Estábamos deslumbrados por su velocidad, fascinados por su talento y cautivados por su estilo», afirmó Bill Clinton en un comunicado emitido en Nueva York, donde asistía a la asamblea anual de la ONU (Organización de Naciones Unidas).
Clinton.- El presidente de los Estados Unidos, que en la tarde de ayer soportaba el durísimo trance de la difusión televisiva de su declaración ante el fiscal Kenneth Starr sobre el caso Lewinsky, no ahorró palabras de elogio para quien ya forma parte de la leyenda. «Aún viviendo en la cumbre del deporte mundial, nunca olvidó de donde venía, dedicando su tiempo a ayudar a los niños, especialmente a los que crecían en los barrios más desfavorecidos», recordó.
El súbito fallecimiento de Griffith-Joyner, la atleta que para demostrar el amor a la patria se pintó un día las uñas con los colores de la bandera nacional, pasó ayer desapercibido para las grandes cadenas, convertido en un pequeño punto y seguido cuando el presidente estaba en el servicio durante su testimonio.
Greg Foster.- Le tocó el turno a Greg Foster, antiguo campeón del mundo en los 110 metros vallas, de revelar al mundo la muerte de la atleta, después de mantener una conversación con el hermano de la fallecida, Al Griffith.
«Era una mujer perfecta, amante de los niños y una gran persona. No es la primera vez que había sufrido un ataque como éste, pero siempre mantuvo su vida privada y sus problemas médicos para sí misma», dijo Foster a la cadena de televisión CNN.
Antecedentes.- En 1996 ya tuvo otro ataque de aplopejía durante un viaje en avión que realizaba desde California a San Luis. Entonces estuvo dos días en un hospital y ordenó al centro sanitario que no se facilitara información sobre su estado de salud y las causas de sus problemas de salud.
«La familia olímpica está triste e impresionada por su muerte», comentó desde Colorado el presidente del Comité Olímpico Norteamericano, Bill Hybl. «Era una imagen perfecta a seguir por las adolescentes y las mujeres norteamericanas y su legado será permanente. La echaremos mucho de menos», añadió.
Griffith mantenía todavía los records se los 100 y los 200 metros lisos y su marca de 10:49 en los 100 metros lisos, lograda en los Campeonatos de Estados Unidos de Indianápolis, en 1988, sigue siendo un crono al que nadie se ha acercado todavía. Después de regresar de Seúl con tres medallas (100, 200 metros y 4x100) aumentaron los rumores de que había tomado esteroides y anabolizantes, y una revista alemana publicó que había consumido sustancias prohibidas. Griffith y su esposo, Al Joyner, negaron que sus records se debieran al uso de drogas y la Federación de Atletismo norteamericana salió en su defensa afirmando que durante 1988 la atleta fue sometida a 11 análisis antidopaje y todos sus resultados fueron positivos.
«Jamás se olvidará a esta atleta extraordinaria, desgraciadamente, su vida se ha consumido tan rápido como sus carreras», comentó Primo Nebiolo, presidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF).
Dudas.- Craig Mashback, el presidente de la Federación de Atletismo de Estados Unidos, dijo que los aficionados «tienen derecho a cuestionar sus cronos porque cuando se logran unos tiempos tan especiales todo es posible». «Hay gente que dice que fue porque tomó drogas y esteroides, pero hay que recordar que antes de 1988 Florence ya era una gran atleta», añadió.
Por su parte, Juan Manuel Alonso, médico de la Federación Española de Atletismo, afirmó ayer: «Todos intuimos que Griffith se había dopado. En los Mundiales de Roma de 1987 su imagen seguía teniendo un aspecto extraordinario, el de una mujer bellísima. Un año después, en los Juegos de Seúl, parecía una mujer de gimnasio, de culturismo», declaró.
Debate.- En París, el presidente de la Federación Internacional de Medicina Deportiva, el brasileño Eduardo de Rose, afirmó ayer: «La muerte de Florence constituye un golpe al atletismo de élite y reabre una discusión inevitable sobre las consecuencias del consumo de esteroides anabolizantes».
De Rose, que en la actualidad dirige la Comisión Antidopaje del Comité Olímpico Brasileño (COB), aclaró que «cualquier hilación en ese sentido es temeraria» y lamentó que, en el caso de Griffith, los antecedentes puedan conducir el debate «al mismo punto» de las drogas prohibidas.
«Nunca se determinó que Florence Griffith-Joyner consumiera esteroides y es ilógico afirmarlo ahora, sin el resultado de una necropsia, que ignoro si se hará», expresó.
El científico admitió que, independientemente de las causas de la muerte de la plusmarquista mundial de 100 y 200 metros, «está claro» que la utilización de anabolizantes puede causar muerte precoz por problemas coronarios».
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EL MUNDO
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DEPORTES
Martes, 22 de septiembre de 1998
La ex atleta, de 38 años, se retiró meses después de ganar tres oros en Seúl debido a los rumores de dopaje - Sufrió un ataque cerebral en 1996 cuando viajaba en avión - «Todos intuimos que se dopaba», según un médico de la Federación Española
Adiós a la reina de la velocidad
Florence Griffith-Joyner fallece de un ataque cardiaco con sus records mundiales aún vigentes
FELIPE CUNA
ESPECIAL PARA EL MUNDO
NUEVA YORK.- «Todos mis records serán superados algún día». Florence Griffith-Joyner no podrá ver cumplido su propio vaticinio, las palabras que pronunció tras los Juegos Olímpicos de 1988, en el esplendor de su carrera. La atleta norteamericana falleció ayer en Los Angeles, a los 38 años, a causa de un ataque cardiaco, con sus plusmarcas de los 100 y los 200 metros aún vigentes una década después de su portentosa exhibición en Seúl, donde colgó sobre su cuello tres medallas de oro.
«Estábamos deslumbrados por su velocidad, fascinados por su talento y cautivados por su estilo», afirmó Bill Clinton en un comunicado emitido en Nueva York, donde asistía a la asamblea anual de la ONU (Organización de Naciones Unidas).
Clinton.- El presidente de los Estados Unidos, que en la tarde de ayer soportaba el durísimo trance de la difusión televisiva de su declaración ante el fiscal Kenneth Starr sobre el caso Lewinsky, no ahorró palabras de elogio para quien ya forma parte de la leyenda. «Aún viviendo en la cumbre del deporte mundial, nunca olvidó de donde venía, dedicando su tiempo a ayudar a los niños, especialmente a los que crecían en los barrios más desfavorecidos», recordó.
El súbito fallecimiento de Griffith-Joyner, la atleta que para demostrar el amor a la patria se pintó un día las uñas con los colores de la bandera nacional, pasó ayer desapercibido para las grandes cadenas, convertido en un pequeño punto y seguido cuando el presidente estaba en el servicio durante su testimonio.
Greg Foster.- Le tocó el turno a Greg Foster, antiguo campeón del mundo en los 110 metros vallas, de revelar al mundo la muerte de la atleta, después de mantener una conversación con el hermano de la fallecida, Al Griffith.
«Era una mujer perfecta, amante de los niños y una gran persona. No es la primera vez que había sufrido un ataque como éste, pero siempre mantuvo su vida privada y sus problemas médicos para sí misma», dijo Foster a la cadena de televisión CNN.
Antecedentes.- En 1996 ya tuvo otro ataque de aplopejía durante un viaje en avión que realizaba desde California a San Luis. Entonces estuvo dos días en un hospital y ordenó al centro sanitario que no se facilitara información sobre su estado de salud y las causas de sus problemas de salud.
«La familia olímpica está triste e impresionada por su muerte», comentó desde Colorado el presidente del Comité Olímpico Norteamericano, Bill Hybl. «Era una imagen perfecta a seguir por las adolescentes y las mujeres norteamericanas y su legado será permanente. La echaremos mucho de menos», añadió.
Griffith mantenía todavía los records se los 100 y los 200 metros lisos y su marca de 10:49 en los 100 metros lisos, lograda en los Campeonatos de Estados Unidos de Indianápolis, en 1988, sigue siendo un crono al que nadie se ha acercado todavía. Después de regresar de Seúl con tres medallas (100, 200 metros y 4x100) aumentaron los rumores de que había tomado esteroides y anabolizantes, y una revista alemana publicó que había consumido sustancias prohibidas. Griffith y su esposo, Al Joyner, negaron que sus records se debieran al uso de drogas y la Federación de Atletismo norteamericana salió en su defensa afirmando que durante 1988 la atleta fue sometida a 11 análisis antidopaje y todos sus resultados fueron positivos.
«Jamás se olvidará a esta atleta extraordinaria, desgraciadamente, su vida se ha consumido tan rápido como sus carreras», comentó Primo Nebiolo, presidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF).
Dudas.- Craig Mashback, el presidente de la Federación de Atletismo de Estados Unidos, dijo que los aficionados «tienen derecho a cuestionar sus cronos porque cuando se logran unos tiempos tan especiales todo es posible». «Hay gente que dice que fue porque tomó drogas y esteroides, pero hay que recordar que antes de 1988 Florence ya era una gran atleta», añadió.
Por su parte, Juan Manuel Alonso, médico de la Federación Española de Atletismo, afirmó ayer: «Todos intuimos que Griffith se había dopado. En los Mundiales de Roma de 1987 su imagen seguía teniendo un aspecto extraordinario, el de una mujer bellísima. Un año después, en los Juegos de Seúl, parecía una mujer de gimnasio, de culturismo», declaró.
Debate.- En París, el presidente de la Federación Internacional de Medicina Deportiva, el brasileño Eduardo de Rose, afirmó ayer: «La muerte de Florence constituye un golpe al atletismo de élite y reabre una discusión inevitable sobre las consecuencias del consumo de esteroides anabolizantes».
De Rose, que en la actualidad dirige la Comisión Antidopaje del Comité Olímpico Brasileño (COB), aclaró que «cualquier hilación en ese sentido es temeraria» y lamentó que, en el caso de Griffith, los antecedentes puedan conducir el debate «al mismo punto» de las drogas prohibidas.
«Nunca se determinó que Florence Griffith-Joyner consumiera esteroides y es ilógico afirmarlo ahora, sin el resultado de una necropsia, que ignoro si se hará», expresó.
El científico admitió que, independientemente de las causas de la muerte de la plusmarquista mundial de 100 y 200 metros, «está claro» que la utilización de anabolizantes puede causar muerte precoz por problemas coronarios».
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